Esta cuestión asalta a cualquier creativo en algún punto de su carrera y trayectoria, ¿somos los creativos, los diseñadores, de alguna forma artistas?
La verdad es que muchas veces la línea es borrosa, así que en este artículo debatiremos si el artista y el diseñador son la misma persona, están relacionados o no se parecen en nada.
Empezamos buscando en Internet la definición de arte, el primer resultado dice “actividad en la que el hombre recrea un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la imagen o el sonido”, es decir, plasmar los sentimientos o ideas propios del ser humano, reflexiones, sensibilidades, ideas, con el fin de expresarlos de forma estética.
Simplificando mucho, un artista nos transmite lo que siente, y nosotros lo interpretamos, consigue una reacción en nosotros, y ese es su único objetivo, expresarse, y lograr hacernos sentir algo concreto, emocionarnos con una canción, transportarnos a otros lugares con un cuadro, etc.


Veamos ahora la definición de diseño; “Actividad creativa que tiene por fin proyectar objetos que sean útiles y estéticos.”
Utilidad, ahí está la clave del asunto, un diseñador crea o genera piezas útiles, es decir, que resuelven problemas.
¡Ya podemos trazar la línea diferencial! El arte transmite emociones y es, al fin y al cabo, expresión personal, mientras que el diseño, consiste en resolver problemas de forma creativa. Entonces ¿por qué se confunden o se mezclan? Muy sencillo, por la estética, cuando un cliente contrata a un diseñador de cualquier tipo, de moda, gráfico, de interiores, etc. busca una solución que sea útil y efectiva a su “problema”, pero a la vez busca alguien que consiga algo “bonito” e innovador, que no se le ocurra a cualquiera, atractivo visualmente, con formas, colores y a la vez que sea eficiente.


Esto añade dificultad a la profesión, aunque no se la resta a la de artista. Un diseñador debe adaptarse al cliente, entender lo que pide, y crear un diseño que resuelva sus necesidades, que se adapte a un presupuesto, o a un espacio, o a una serie de restricciones o normas, que le atraiga visualmente a él o a los usuarios del mismo, y además, que sea funcional. Básicamente resolvemos ecuaciones con triples saltos mortales.
Otra de las razones por las que se confunde a los diseñadores con artistas, es eso que conocemos como estilo, lo que diferencia a unos de otros, lo que hace que un cliente se decante por uno u otro. Y es que es imposible ser objetivos, al final un diseñador, siempre tenderá a ciertos aspectos estéticos, recurrirá a ciertas formas, colores o composiciones, todos estos conceptos derivan del arte, y sí, el trabajo del diseñador, aunque no es arte, está influenciado por él, es más, sin el arte no habría diseño. 🙂
En conclusión, el trabajo de un diseñador es encontrar soluciones creativas y funcionales que se adapten a las necesidades del cliente.
Así que, por favor, nunca subestimes o infravalores el trabajo de un diseñador. Podemos hacer que cualquier proyecto quede mucho mejor de lo que esperabas.
¡Hasta la próxima! 😉